En el corazón de la hermosa región vinícola al sur de Burdeos, se erige un magnífico castillo que no solo es un símbolo de la rica historia de Francia, sino también el sueño realizado de una familia. Château Toulouse-Lautrec, con su esplendor arquitectónico y su conexión con uno de los artistas más emblemáticos de Francia, es un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan de manera mágica.
La historia de este castillo es una travesía de amor, ambición y dedicación. Kim Valéry Huynh, su propietario, llegó a Francia desde Camboya a la edad de 16 años y, tras enamorarse del país, se estableció allí, creando un próspero negocio en el ámbito de los productos de lujo. En 2013, decidió que era el momento de hacer realidad un sueño familiar, adquiriendo el espléndido château rodeado de viñedos.
La realización de un sueño familiar
Mélanie y Amélie Huynh, las hijas de Kim Valéry, expresan su satisfacción por haber ayudado a cumplir el sueño de su padre: “Buscamos durante mucho tiempo hasta encontrar este castillo. Cuando lo descubrimos, nos pareció como el castillo de la Bella Durmiente, un lugar que había sobrevivido a 500 años de historia y que ahora estaba esperando ser reavivado”.
El hecho de que este château haya sido el hogar de Henri de Toulouse-Lautrec, un pintor icónico del postimpresionismo, añadió un atractivo especial a su adquisición. “Era como si el destino nos hubiera guiado hacia él”, comentan las hermanas, enfatizando la importancia histórica del lugar.
La conexión con Henri de Toulouse-Lautrec
Henri de Toulouse-Lautrec, conocido por sus retratos de la vida bohemia en París, encontró en este castillo un hogar en sus últimos años. Su madre, la condesa Adèle de Toulouse-Lautrec, lo adquirió en 1883 cuando Henri tenía solo 19 años. Se dice que pintó la figura del maestro vinicultor en una de las paredes del primer piso. “A pesar de nuestras dudas sobre la magnitud de la renovación necesaria, la conexión con Henri fue suficiente para convencernos de seguir adelante”, narran Mélanie y Amélie.
Un vistazo a la arquitectura del château
El château comenzó como una casa de campo del siglo XVI, evidenciando elementos renacentistas como las ventanas de guillotina y techos empinados. A lo largo del siglo XIX, se ampliaron y remodelaron diversas partes del edificio, siguiendo las tendencias arquitectónicas de la época.
Esta mezcla de estilos arquitectónicos no solo cuenta la historia del château, sino que también lo ancla firmemente en el paisaje de Burdeos, con su característica piedra clara. La restauración, liderada por el arquitecto Laurent Negretti, ha dado un nuevo aire al lugar, fusionando lo moderno con lo histórico.
Un proceso de restauración impresionante
La restauración del château ha sido un esfuerzo monumental, donde Mélanie y Amélie han invertido su tiempo y energía. El objetivo ha sido modernizar el espacio mientras se respeta su rica historia. “El patio no tenía nada de especial, el techo de la bodega estaba a punto de colapsar y el ala este estaba completamente abandonada”, relatan.
El diseño interior, realizado por Isabelle Stanislas, refleja la esencia del château, al tiempo que introduce elementos contemporáneos. Las técnicas utilizadas, como los espejos tratados con mercurio, proporcionan un efecto envejecido natural que complementa la elegancia del espacio.
La vida en el château
Para las hermanas Huynh, la vida en el château simboliza momentos de tranquilidad y unidad familiar. “Este lugar es sinónimo de vacaciones, un espacio donde el tiempo fluye suavemente, como un río tranquilo”, comentan. Aunque el château tiene un lado comercial, la atmósfera cambia cuando se trata de momentos familiares.
Las áreas privadas del château, que incluyen una sala de estar acogedora, una cocina y habitaciones, crean un ambiente hogareño que contrasta con la grandeza del lugar. “No te sientes abrumado por la grandeza aquí”, aseguran.
Áreas privadas y públicas en el château
El château no solo es un monumento histórico, sino también un hogar. Al recibir a los visitantes, su impresionante arquitectura deja huella. “Es parte del patrimonio francés y está vinculado a un artista importante. Sentimos la necesidad de compartir este legado con las futuras generaciones”, explican Mélanie y Amélie.
Sin embargo, también disfrutan de su espacio privado, donde pueden relajarse y disfrutar de la vida familiar sin las distracciones del negocio.
Las áreas favoritas de los niños
El encanto del château atrae a muchos, pero las hijas de Kim Valéry tienen sus propios lugares favoritos. “Aunque les encanta la parte histórica, su sitio preferido es la piscina, especialmente durante el verano. Es un lugar donde pueden jugar y disfrutar del sol”, afirman con una sonrisa.
Momentos de ocio y tradiciones familiares
Las mañanas en el château comienzan con paseos por los viñedos mientras los niños aún duermen. “Nos gusta reunirnos para desayunar junto a la chimenea en el comedor”, comparten. Además, el mercado al aire libre de Cadillac-sur-Garonne es un lugar que frecuentan, donde disfrutan de la frescura de los productos locales.
Las noches son momentos perfectos para practicar yoga y meditar en su estudio, creando un ambiente de paz y reflexión. En otoño, es común que la familia se reúna alrededor del fuego, disfrutando de infusiones y juegos de mesa. “En verano, los cócteles en la terraza sur son imprescindibles”, añaden.
Tradiciones festivas en el château
Las celebraciones en el château son memorables. Durante la Pascua, se esconden dulces de chocolate en los jardines, los bosques y los viñedos, proporcionando diversión a los niños mientras los buscan. “Pueden pasar horas emocionados buscando cada uno de los escondites”, explican. Halloween es otra ocasión en la que el château se transforma, ofreciendo el telón de fondo perfecto para una noche de espantos y sorpresas.
Un viñedo con historia
El viñedo del château es uno de los más antiguos de la región, cultivando ocho variedades de uvas tanto para vino tinto como blanco. Actualmente, están en proceso de convertir su producción a métodos orgánicos, alineándose con las tendencias actuales de sostenibilidad y salud.
La creación de Holidermie por Mélanie
Mélanie ha desarrollado una marca de cosméticos llamada Holidermie, inspirada en su estancia en el château. “Ocho años atrás, estuve aquí con mi mejor amiga, que es cirujana plástica y experta en cuidado de la piel. Mientras contemplábamos las uvas y los pinos, pensamos en el increíble potencial de los extractos antioxidantes naturales”, revela.
Holidermie se basa en tres pilares: suplementos alimenticios, productos cosméticos y herramientas de cuidado personal, aprovechando la riqueza natural de su entorno.
Statement Paris, la visión de Amélie
Amélie, por su parte, ha fundado una marca de joyería llamada Statement Paris. “Quiero que mis diseños sean más que simples adornos elegantes. Elegí ese nombre porque precisamente eso es lo que hacen: hacen una declaración”, expresa. Su intención es que los clientes celebren su individualidad y marquen hitos importantes en sus vidas con cada pieza.
Amélie también considera sus creaciones como talismanes que ofrecen protección y guía a quienes las llevan, aportando un toque de significado a la belleza.












